miércoles, 26 de enero de 2011

Peña Oroel

El pasado domingo 23 de enero, los senderistas del Club Montisonense de Montaña subimos a la Peña Oroel. Desde la creación del Club, ya parecía que era tradición proyectar esta salida cada año y tenerla que anular por mal tiempo, pero a la tercera va la vencida,  y este domingo un grupo de cuarenta andarines del club pudimos hacer cima.


Salimos en autobús a las 7:00 con dirección Jaca; se anunciaban bajas temperaturas y la verdad es que el frío se hacía notar ya solo mientras esperábamos la llegada del autobus en torno a –9ºC. Antes de llegar a Sabiñánigo hicimos una parada para desayunar un poquito y coordinarnos con otros miembros del club que venían en sus coches. Ya todos juntos fuimos hasta el punto de partida: la pista de la “la pardina de Ordolés”, que nace a unos 4 km después de coronar el puerto de Oroel desde Jaca. El plan era hacer la ruta en línea: subir por la cara sur y bajar por la cara norte, donde nos esperaría el autobús. Así que con esta idea nos poníamos a andar poco antes de las 10:00. Aunque hacía bastante frío, el día estaba despejado y el sol y el caminar iban calentando nuestros cuerpos. 


La primera parte de la excursión transcurre por una pista que en ciertos tramos se empina bastante … poco a poco íbamos ganando altura y podíamos ver todas las sierras que nos separaban de Guara y Gratal, hasta la zona donde se sitúan los Mallos de Riglos. Tras una hora y media aproximadamente, la pista desaparece y se convierte en una senda que sortea entre bosque las paredes de la cara sur de la montaña; el paisaje va ganando en intensidad, y cada vez caminamos más a gusto. Pasamos bajo una cascada de agua que salta por encima del sendero, conocida como “La Fuente de la Vieja”, y que está completamente congelada … tenemos que andar con cuidado de no pegar un resbalón en el helado suelo ni de darnos en la cabeza con las estalactitas que cuelgan de la roca.


Poco después llegamos a la Ermita de la Virgen de la Cueva; construcción típica de muchas zonas de la montaña en la que se aprovecha una oquedad en la roca para levantar un muro y construir una ermita. En este caso se encuentra muy bien conservada, y es realmente grande, con una pequeña merendero al lado que pensamos se utilizará los días de romería.


Así que aprovechamos el lugar y el buen sol que había para hacer una parada de avituallamiento. Tras este descanso, continuamos por la senda hasta el collado de “las Neveras”, desde donde ya vemos la cruz que marca el punto culminante de la montaña. Ya el bosque ha desaparecido y el sendero transcurre entre erizones y con amplias vistas en todas las direcciones.


Desde la cima el panorama es de primer orden. Desde las montañas del valle de Zuriza hasta el Cotiella y el Turbón, todo el Pirineo se abre ante nosotros. Debajo de nosotros Sabiñanigo, Jaca y la Canal de Berdún. Y al Sur un cúmulo de sierras que encuentran el límite en la Sierra de Guara.


Nos hubiese gustado poder disfrutar más de la cima, pero poco a poco el viento y el frío van calando y decidimos reemprender la marcha; volvemos sobre nuestros pasos hasta el collado de “las Neveras”, y aquí dejamos el camino por el que subimos y tomamos el que baja por la cara norte. Nos introducimos en un cerrado bosque de pino (nos despedimos del sol…) y vamos bajando ya sin descanso hasta llegar al Parador de Oroel.

El autobús nos está esperando, pero queremos aprovechar un rato más para disfrutar de la montaña; nos calentamos con unos cafés en el parador, echamos un bocado, disfrutamos de las vistas de la pared norte, y miramos a la cruz en la cima con la satisfacción de haber disfrutado de un buen día de montaña con una fantástica compañía.

Enlace al resto de las fotos en Picasa y para ver el blog de Jesús con el video que ha hecho.