domingo, 16 de febrero de 2014

RAQUETAS. EMBALSE DE TRAMACASTILLA

Un total de 27 personas participamos de una jornada de senderismo con raquetas en el Valle de Tena, un lugar magnífico y lleno de posibilidades para pasar un excelente día. Nuestro objetivo era conseguir llegar al embalse de Tramacastila o de La Paúl, quizá algo alejado pero enclavado en un magnífico entorno.
 

Como viene siendo habitual en estos últimos días, el mal tiempo quiso ser protagonista al andar cambiando de una hora a otra, sin dejar nunca claro si nos iba a hacer sol o nevaría durante la mañana. Nosotros no queríamos perdernos la oportunidad de pasarlo bien, y viajamos a Tramacastilla de Tena con tantas ganas que ni siquiera planteamos la posibilidad de cambiar de destino. ¿Qué mejor que acercarnos a este precioso pueblo para comprobarlo por nosotros mismos? Y efectivamente, acertamos de lleno ya que ni estuvo nevando, ni tuvimos problemas con las carreteras.


Pues bien, aparcamos en una calle, cargamos todo el material y comenzamos a andar dirección a Sandiniés. A solo unos cientos de metros, un desvío a la izquierda por una pista era el camino a seguir, que no dejamos ya en todo el trayecto. Al principio la escasez de nieve no hizo necesario ponerse las raquetas, así que avanzamos muy deprisa por dicho camino. En cuanto comenzamos a ganar altitud, la mancha blanca fue mas continua, de manera que paramos todo el grupo y nos calzamos las raquetas de nieve, que para algunos y algunas era la primera vez que se las ponían. Toda una magnífica experiencia, un regalo para que todos podamos comprobar la eficacia de estos artilugios, si bien algunas motos de nieve han pisado la nieve y hacían mas fácil este estreno. 




La mañana estaba siendo excelente, nada de viento, nada de frío pero algunas nubes para que el sol no quemara. Permanentemente a nuestra izquierda, teníamos la Peña Telera, cumbre que destaca poderosamente en la Sierra de la Partacua. Es tal la inmensidad de esta montaña que sus verticales paredes parecen verdaderamente infranqueables, retos imposibles para la gran mayoría de los humanos. Este cordal montañoso forma una muralla natural que aísla climáticamente el Valle de Tena, al norte las temperaturas son más bajas y la precipitación sensiblemente más alta, y en invierno sus nevadas laderas le dan una belleza inigualable.

A las dos horas y media, el grupo al completo conseguía alcanzar el lago de Tramacastilla que por supuesto estaba cubierto de nieve, pero eso nos daba igual porque teníamos todo el Pirineo a la vista y los ojos nos trasladaban de aquí para allá divagando y saboreando estas inmensas vistas a los picos de alrededor: Arriel, Palas, Balaitús, Argualas, Sierra de Tendeñera, Punta Escarra… una auténtica gozada para los que nos gusta la montaña y un momento muy especial para quienes no habían hecho antes este tipo de excursiones, que veían cómo en un rato se puede llegar a lugares como este ibón rodeado de suaves y nevadísimas lomas. 

Después de casi una horita de descanso, bocadillo y foto de grupo, retomamos la pista para bajar a los coches gozando de nuevo del buen día que nos ha hecho. Ah, por cierto: justo al llegar a los coches, ¡se puso a nevar! Una casualidad que ya no nos importaba lo más mínimo, porque ya habíamos cumplido con creces nuestro objetivo: pasear, disfrutar y saborear nuestras montañas nevadas con unas raquetas de nieve.