domingo, 26 de octubre de 2014

El Bosque de la Pardina del Señor

Una vez más, el programa de Aragón Televisión “Chino Chano”, ha sido quien nos ha descubierto este hermoso sendero, el cual siguiendo el GR-15 nos llevará de Fanlo a Buesa pasando por uno de los bosques más bonitos de la Península Ibérica.









El Club Montisonense, animado por esta iniciativa, programó la actividad para el mes de octubre y así aprovechar el colorido otoñal para disfrutar más todavía de la caminata. A la cita acudimos un numeroso grupo de 27 senderistas, que llenamos casi por completo un autocar de tamaño pequeño el cual nos dejaría a buena hora en el pueblo de Fanlo. Lo primero que hicimos fue desayunar, pues la caminata es larga y conviene ir preparados desde el principio.

En cuanto estuvimos listos, nos colgamos las mochilas y bajamos un trecho de la carretera de Sarvisé, enseguida vemos los carteles indicativos y entramos en el tupido bosque de Fanlo. Al principio está compuesto de pinar, pero enseguida cruzaremos un barranco con algo de caudal de agua, y entramos en un bosque mixto de pinos y hayedos. Desde este momento no dejará de sorprendernos la constante variedad de especies arbóreas, que se compondrán de fresnos, hayas, robles, pinos, abetos, tilos e innumerables especies que hacen las delicias de quienes pasean bajo esa densísima masa forestal. 


                          

Suponemos que éste es el motivo de la importancia de esta auténtica selva. El sendero es muy sinuoso debido a la innumerable cantidad de pequeños barrancos que atravesamos, y que de algún modo ofrece constantes caras unas más soleadas y otras más umbrías. De esta manera, cada rincón es el ideal para una determinada especie, que por cierto alcanzan un gran porte, como el gigantesco y centenario roble que hallamos al lado del camino y que inevitablemente fue el lugar elegido para hacernos la foto. Es tan grande que sobre él pudimos ver que han crecido un fresno y un acebo. ¡Sin duda es el roble más grande que conocemos!







Continuamos la senda limpia y bien trazada, encontrando en uno de sus recodos unas cuantas edificaciones abandonadas. Aquí paramos para conocer lo que fue en su día la Pardina del Señor, es algo así como el equivalente a un cortijo andaluz. Observamos que tenían junto a las casas unos cuantos nogales, una fuente, y diversos edificios anexos. Todo bajo un bosque de gigantescos árboles. 

A continuación entraremos en un hayedo repleto de colores, fue el momento más dulce ya que a todos nos encanta pisar la hojarasca mientras el cielo está “pintado” de colorines. Rojizos, marrones, amarillos y verdes claros son las tonalides más frecuentes. Una fantástica manera de darle la bienvenida a un otoño que parece no querer llegar, pues todo el trayecto andamos en manga corta. 

El último trecho hasta Buesa atravesará un par de barrancos en los cuales el agua corre divertidamente, en el último de los cuales hay un rincón de gigantescos abetos. Ya solo queda andar cómodamente por un interminable robledal hasta alcanzar nuestro destino, el pueblo de Buesa donde nos esperaba el autocar. 




En resumen ha sido una cálida jornada en la que hemos disfrutado y conocido un ambiente de bosque cual no habíamos visto desde hacía mucho tiempo. Todo ello aderezado de buen ambiente y compañía, que favorecen estas andadas tan bonitas. 


Club Montisonense de Montaña – Montañismo.