Se ofertó una amplia variedad de actividades, escalada, senderismo, vía ferrata y barranco, pero finalmente tan sólo salieron a flote la escalada y el senderismo.
Los escaladores fueron a parar al Mallo Colorao subiendo a su cima por vías que se movían entre el grado V y el V+: “Anorexia”, “Los kilos te sientan bien” y “Ultravox”.
Por otro lado, el senderismo, con un multitudinario grupo, partió de Sarsamarcuello siguiendo la GR-1 hasta Linás de Marcuello. En dicho pueblo se tomó la senda de subida a los pocos restos del Castillo de Marcuello, de mediados del siglo XI. 
Mejor conservada está la iglesia del castillo (siglo XII), de aspecto sobrio y defensivo y con múltiples modificaciones del siglo XVII, pero con una interesante cripta que no pudimos visitar por encontrarse cerrada. Sí pudimos ver el interior de la ermita de San Miguel, construcción del siglo XII, dada la ausencia de su muro oeste.
Desde aquí el grupo se dirigió al Mirador de los Buitres por la espectacular Senda d’Os Fils, parando en los múltiples miradores que la misma ofrece.
Para tomar rumbo a Riglos pasando por el collado de Santo Román, se retrocedió en busca de la GR-1 y sin dejarla llegamos al final de la ruta, donde en el Refugio de Riglos, y ya en compañía de nuestro grupo de escaladores, nos brindaron una “apetitosa comida” regada con vinos de la tierra.
