domingo, 30 de octubre de 2016

EL OTOÑO EN LA SELVA DE OZA

El Club Montisonense de Montaña ha organizado este fin de semana una excursión a la Selva de Oza, un espacio natural atravesado por las aguas del río Aragón Subordán y que destaca por su tupido bosque de abetos, pinos y hayas principalmente.

El buen tiempo ha atraído a muchísima gente a la montaña donde disfrutar del Sol y los colores otoñales, algo en otros años impensable. Nuestro grupo de 37 senderistas partió del Puente de Santa Ana, cerca de Siresa, en el valle de Hecho. Nada mas sobrepasar el río comenzamos la ascensión por la Senda de los Ganchos, utilizada antaño por contrabandistas. 

Conforme avanzamos por la margen izquierda del río el bosque es cada vez mas bello hasta que una pradera nos sorprende y decidimos que es lugar idóneo para comer un pequeño bocado. 

De aquí en adelante el sendero pasa bajo el hayedo recorriendo lugares mágicos como el puente de Espata rodeado de musgo, y todos nos maravillamos cuando llegamos a la Selva de Oza y su densísimo abetal que es uno de los bosques más bellos del pirineo, con el Castillo de Acher (montaña cuya forma recuerda una fortaleza) presidiendo todo el valle. 


Hacemos la foto de grupo y nos dirigimos a un punto de interés histórico y cultural, la Corona de los Muertos, que es un yacimiento arqueológico que consta de 120 círculos de piedra que se relacionan con fondos de cabaña de hasta el Epipaleolítico (-9000 aC).

Visitado uno de estos yacimientos, descansamos en otra pradera con el color otoñal del valle de fondo, pues el cambio de estación viene retrasado y lo encontramos en su punto ideal.   


El regreso lo hacemos por la senda de La Espata, en este momento es cuando más disfrutamos de las hojas anaranjadas y tostadas de los hayedos, ya que los rayos de sol se tamizan entre las hojas de colores. Llegamos al puente de Ysil que cruzamos para pasar a la margen derecha del Aragón Subordán y enlazar con la Calzada Romana Caesar Augusta - Beneharnum, otro punto de interés histórico que refleja la importancia que tuvieron las vías que comunicaban Hispania con Galia. Éste fue uno de los tres principales pasos utilizados por los ejércitos romanos, atravesando los Pirineos por el puerto de Palo.



Un esfuerzo más y nos situamos bajo el castillo o torreón de Ysil, construido en el siglo XVI por orden de Felipe II, para evitar la entrada de fuerzas e ideas luteranas procedentes de Francia.

Llegamos siete horas mas tarde de nuestra partida al autocar, muy satisfechos del gran día que hemos pasado con un tiempo casi primaveral. 

Enlace al álbum de fotos aquí.

Club Montisonense de Montaña – Senderismo.

domingo, 9 de octubre de 2016

CIRCULAR A LOS LAGOS DEL PARQUE NACIONAL DE NEOUVIELLE

           Entrados ya en otoño, la seccion de senderismo del Club Montisonense de Montaña ha organizado una ruta a los lagos del parque Natural de Neouvielle, en el valle francés de Aure. Se trata de un recorrido circular por algunos de los lagos mas famosos y bellos del parque, donde podremos encontrar multitud de senderos de todas las dificultades.



          El grupo que partió de Monzón estuvo compuesto por una treitena de montañeros y montañeras de todas las edades, todos con muchísimas ganas de conocer este lugar tan mágico y bello. Nos esperaban mas de dos horas de camino hasta el aparcamiento de Oredon, un gran lago represado que en otoño muestra sus carencias hídricas ya que apenas ha llovido y es un embalse de regulación.

La mañana se ha presentado muy fresca, apenas tres grados cuando nos colgábamos las mochilas en los hombros. No nos importa, ya que en breve cruzaríamos la presa y nos dirigimos a una ladera boscosa donde enseguida se gana altura por medio de lazadas. Los pinos son enormes y muy longevos, pero entre ellos algunos rayos de sol comienzan a calentarnos la espalda. Menos mal que hace un día radiante, porque sino nos pelaríamos de frío.



A menos de una hora la pendiente se suaviza mucho y comienza un ligero descenso en busca de los Laquettes, un grupo de tres lagunas consecutivas que enseguida hicieron las delicias del grupo, puesto que sus remansadas y cristalinas aguas tienen un encanto especial. Al fondo se alza el pico Ramougn, una cima que supera los tres mil metros y que debe su fama a su dificultad y su esbeltísima silueta. 

Aprovechando que todo el mundo sacaba las cámaras, hicimos la foto de grupo en la misma orilla, reemprendiendo la marcha por la misma orilla de las tres lagunas hacia el lago de Aubert. De nuevo el camino asciende hasta la larga presa, muy integrada en el entorno. La superamos por la margen de la derecha, pero al subir sobre el dique comprobamos que contiene apenas la mitad de su capacidad de agua, así que seguimos quince minutos más para alcanzar el sexto lago, el de Aumar y sus azuladas aguas.



Era la hora de parar a comer, todo el mundo tenía hambre. El lugar es absolutamente idílico, una enorme y alargada lámina de agua rodeada de prados, donde nos tumbamos a reponer fuerzas y a deleitarnos con estos inolvidables minutos. El receso fue todo lo largo posible para permitir posar ante las cámaras, mirar alrededor, ver los peces en las aguas transparentes… es difícil imaginar un lugar  mas apropiado para hacer montañismo. Algunas personas suben aquí sencillamente a sentir la naturaleza y a respirar aire puro. También nosotros queríamos ventilar nuestros pulmones y sentir el cálido sol en nuestros rostros.

Reemprendemos la marcha rodeando el lago Aumar por el norte, así a medida que giramos vemos cómo las montañas reflejan sobre el agua, en especial el majestuoso Pico Neouvielle, que da nombre al parque y que hasta ahora permanecía oculto. Menudo paisaje tan espectacular, sobre todo al llegar a la orilla Este donde repetimos la foto de grupo.


Solamente nos falta subir al collado de Estoudou, abrazando con nuestro recorrido el Parque Natural. Desde el collado las vistas son abrumadoras, mil metros por encima del valle de Aure donde los densos bosques de abetos y pinos se ven salpicados de serbales repletos de bayas rojas,  abedules , hayedos y castaños que empiezan a cambiar de color. La brisa comienza a soplar y decidimos que es hora de bajar a los coches mientras atravesamos el bosque de nuevo hasta el lago Oredon.

Hoy hemos recompensado a nuestros sentidos con una dosis incalculable de buenas sensaciones. Luz, aire puro, agua, naturaleza salvaje y una increíble biodiversidad hacen de Neouvielle un lugar único en los Pirineos. Un pequeño paraíso que nos une a nuestros vecinos de Francia.  

Enlace al álbum de fotos aquí.


  Club Montisonense de Montaña – Senderismo.